Hello everyone, ¿conocéis SOHO?
El célebre barrio de la isla neoyorquina de Manhattan, se hizo famoso como vecindario de artistas en los años ’60 y ’70. Sus antiguas fábricas atrajeron a una selecta población con más creatividad que recursos económicos que reconvirtió los viejos edificios fabriles en lofts y estudios. El modelo se hizo popular y marcó una tendencia aún vigente en barrios de todo el mundo.
El SOHO del siglo XXI parece nacer igualmente con vocación de ser un modelo que imitar. El acrónimo responde ahora a las palabras inglesas Small Office – Home Office (oficina pequeña – oficina en casa). Y se refiere a un modelo de organización laboral especialmente dinámico que abarca negocios de menos de diez trabajadores, emprendedores, profesionales autónomos y “freelances” que utilizan su domicilio como lugar de trabajo.
Internet potencia la expansión de este sector, cuyas cifras de Estados Unidos superan los 20 millones de trabajadores. Son las nuevas oficinas de los e-lancers, consultores, teletrabajadores y equipos virtuales de trabajo. La tecnología les permite estar en contacto con clientes, colaboradores y proveedores desde el hogar. Pero también parece una fórmula en alza para quienes desean trabajar desde el campo y hombres que desean pasar más tiempo con la familia, y también para aquellos que deciden vivir la aventura de ver hasta donde pueden llegar profesionalmente sin salir de su casa.
La participación del segmento SOHO en la economía global crece cada año y también su influencia en el desarrollo de infraestructuras digitales, equipamientos de negocio y nuevos diseños en mobiliario de oficina.
Y no solo esto, porque el mundo de los estudios también continúa explotando en el ámbito online. Coursera, por ejemplo, tiene 640,000 estudiantes de 190 países. Las clases digitales de la Stanford University se llenan virtualmente con más de 100,000 estudiantes por curso.
En el siglo XXI buscamos por encima de todo la libertad de diseñar nuestras propias vidas a medida. Cómo dijo Moshe Dayan, “la libertad es el oxígeno del alma” y ese oxígeno nos lo da a borbotones la flexibilidad de estudiar y trabajar en el hogar. Lo que se traduce directamente en mayor calidad de vida.
Todo en SOHO; sin salir de casa.
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