¡Épale!
(Como dicen los Puerto Riqueños).
Hay muchos a los que la tecnología todavía les echa para atrás. Creen que nos distancia, que nos quita atención al presente y que está sustituyendo la interacción humana.
Y puede que tengan razón. Pero Clive Thompson, el autor de “Smarter than you think: How technology is changing our minds for the better” cree lo contrario. Según él, las herramientas tecnológicas trabajan en tándem con nosotros y están cambiando nuestra forma de recordar y aprender. Y cambiando para mejor.
Por ejemplo, habla del síndrome de “tener algo en la punta de la lengua”. ¿Sabes cuando no te acuerdas del nombre de un actor o una canción? Casi llegamos a visualizar la palabra pero se nos escapa. Ese es el síndrome del que habla Thompson. Dice:
“Este síndrome es una experiencia tan común que todas las culturas alrededor del mundo tienen una palabra o frase para describirlo. Los Índios Cheyenne lo llaman “navonotootse’a”, lo que vendría a ser “lo he perdido en la lengua”, en Koreano dicen “hyeu kkedu-te mam-dol-da” que se traduciría como “brillando en la punta de la lengua”. El fenómeno solo suele durar un minuto, pero hoy en día hemos comenzado a apoyarnos en Internet cuando sentimos que algo nos elude. Utilizamos los motores de búsqueda como memoria semántica para recordar información. ¿Qué es la memoria semántica? Pues, imagínate que visitas Paris y te lo estás pasando estupendamente con tu pareja, tomando champán frente a la Torre Eiffel, la experiencia personal del viaje se quedará en tu memoria episódica. Tu habilidad de recordar que Paris es una ciudad y que el champán es una bebida alcohólica, eso es memoria semántica.
¿Cual es la línea entre nuestra propia memoria y el mar de información que nos rodea? ¿Nos hace más listos? ¿O cada búsqueda nos atonta un poquito más?”
Todos estos temas y más trata Thompson en su nuevo libro; intentando responder a preguntas sobre cómo la tecnología está complementando nuestras vidas.
¿Tú qué opinas sobre la tecnología? ¿Nos influye para bien, para mal, o un poco de las dos cosas?
Vaya ¡¡¡”abilidad”!!!! tan curiosa que aparece en el texto
¡Gracias por avisar, Rafael! Ya hemos corregido la errata.